En los 15 minutos que el presidente del Senado, Roy Barreras, les dio a los ternados, la magistrada Talero se la jugó por tres líneas: que era la única con carrera comprobada en la Rama Judicial, que sabía de temas agrarios, de género y civiles, perfil que le falta a la Corte; y que, si la elegían, la Corte podría mantener mayoría de mujeres (5 frente a 4 hombres).
“Esta es una decisión histórica, el nombramiento que se haga determinará que la Corte Constitucional continúe con la visión de ser ejemplo nacional e internacional en materia de género o volvamos al pasado”, dijo.
Apostarle al voto femenino tenía sentido teniendo en cuenta que, por primera vez en la historia, hay 31 mujeres en el Senado, casi una tercera parte. Y se trataba de ocupar la silla de una magistrada, Gloria Ortiz, quien salió tras cumplir su periodo institucional.
En el Senado está prohibido aplaudir pero los familiares y amigos que la acompañaron rompieron el protocolo cuando terminó de hablar. Luego esperó en el Salón de Apoyo donde los senadores salen a hacer reuniones, tomar café o van al baño. Ahí, confiada en su discurso, en lo que alcanzó a exponerles a los senadores que la escucharon, aguardó los resultados.
Como esas elecciones son a voto secreto la abogada Talero esperaba sorpresas. No llegaron. Solo tres senadores la apoyaron, uno de ellos el Verde Fabián Díaz Plata. “Los candidatos tenían gran hoja de vida, consideré que Bárbara tenía las capacidades y además estaría reemplazando a una mujer que sale”, dijo.
“El sistema de elección debe cambiar”, fue lo primero que dijo la abogada Talero al salir de la Plenaria y alistar su regreso a casa. Aunque se siente tranquila de haber llegado a la terna, lamenta que el proceso no haya tenido publicidad, visibilidad y atención de la opinión. Aún más, que sus electores, los senadores, no la hayan escuchado previamente. “Si es una terna son tres opciones que se ofrecen, pero si de una vez ya se habla de un ganador es difícil”, define.
El que sí madrugó…desde enero
La sesión para elegir magistrado de la Corte Constitucional estaba citada para las 10 de la mañana. El abogado Juan Carlos Cortés llegó a las 8. Temprano porque, dice, no estaba de más un saludo previo a los senadores y un sondeo de cómo estaban las cosas. Coincidió en el Congreso con el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, quienes a las 9 a.m. fueron a radicar el proyecto del Ministerio de Igualdad.
Saludó a la vicepresidenta Márquez, a la que dos semanas antes le había contado que estaba aspirando a la vacante de la Corte. A la que le había dedicado una columna de opinión para destacar su apuesta por crear ese ministerio. Luego cruzó un par de palabras con su amigo el ministro del Interior, Alfonso Prada, y algunos congresistas de la bancada de Gobierno.
Cortés venía madrugando a la tarea de la elección desde enero. Dice que después de la elección de la magistrada Natalia Ángel, quien ganó en su tercera elección por el reconocimiento de ser una jurista y académica respetada, vio que el nuevo Congreso le podía dar la oportunidad que no le dio hace dos años en la elección de Procurador General, cuando cayó derrotado contra Margarita Cabello.
En esa ocasión, senadores de partidos alternativos y algunos de La U como Roy Barreras le pusieron 17 votos. Esa bancada alternativa creció para este periodo a más de 40 senadores entre los del Pacto, Verdes y Comunes. Tenía un chance.
Se preparó para quedar en la terna, entre los más de 80 aspirantes que hubo, y con el guiño de la Corte Suprema de Justicia empezó a hacer la tarea de buscar uno a uno y conseguir el respaldo de los senadores que había conocido en su carrera pública: como viceprocurador general entre 2016-2020, o como viceministro de Trabajo y asesor del ministerio del Interior durante el primer gobierno de Juan Manuel Santos.