A la pregunta cantada del periodista Johan Cassiani, “¿cómo lo hace?”, al ritmo de la canción ‘Cómo lo hacen’ de Frankie Ruiz (“Y como lo hacen, yo no sé; cuál es el negocio, sepa usted”), respondió alegre y seguro: “No es tan difícil, hay buenos jugadores. Cuando hay buenos jugadores y están dispuestos a sacar lo que tienen adentro, y le echan mano a la tarea como hoy, se pueden lograr las cosas”.
Hoy poco o nada quedan de esas palabras. Los golpes y los tropezones que vinieron después cambiaron radicalmente el discurso de Comesaña. El equipo se metió a la fuerza a ‘los ocho’ —en la última jornada y por un penalti que erró en el último minuto Nacional—, perdió la final de la Copa Colombia ante Millonarios (2-0, en Bogotá) y comenzó con el pie izquierdo los cuadrangulares semifinales de la Liga, cayendo en sus primeras dos presentaciones, frente al Deportivo Pereira (4-3), en el Hernán Ramírez Villegas; y ante Millonarios (1-0), en el ‘Metro’.
Tras caer en la final de la Copa, Julio empezó a ‘abrir el paraguas’, presagiando, quizá, lo que se le venía a Junior. “Llegamos acá con dificultades y seguimos con dificultades. No hace ni dos meses que estoy en el club y pareciera que la exigencia para nosotros es quedar campeón de todo”, dijo sin sonrojarse.
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