El Ministerio de Hacienda y los ponentes de la coalición de Gobierno lograron mantener esa cifra de recaudo porque cedieron poco en los grandes puntos, como el impuesto a los hidrocarburos, en parte gracias al contentillo que les dieron en artículos claves a los partidos tradicionales y en modificaciones de forma en artículos menores.
El Gobierno se la jugó durante todo el día por controlar su coalición legislativa y resolver dudas. En las plenarias estuvieron presentes los ministros de Hacienda, José Antonio Ocampo; la de Ambiente, Susana Muhamad; el de Interior, Alfonso Prada; el director de la Dian, Luis Carlos Reyes.; el director del Icetex, Mauricio Toro. También el director del Dapre, Mauricio Lizcano, y cuotas del partido Liberal como José Luís Correa, presidente de Positiva.
Acá los pulsos que ganaron y perdieron actores del poder en la reforma.
1. Más impuestos al sector minero energético, el inamovible que no entrega Petro
La columna vertebral de la reforma tributaria de Petro son los impuestos que se le pusieron a las empresas petroleras, mineras y de energía. En la ponencia que quedó aprobada en primer debate, 11 billones de pesos de lo que aspiran recaudar salen de los impuestos a estos sectores.
En las discusiones de estas semanas, el Gobierno hizo un pequeño ajuste en la sobretasa que se le puso al sector. Esta vez, la sobretasa del sector dependerá de los precios internacionales del petróleo y según eso se define si paga o no ese impuesto extra.
En cuanto a la no deducibilidad de las regalías, que es uno de los principales pedidos de los congresistas y empresarios, Petro no cedió y solo hizo un cambio en la fórmula como calculan el monto de regalías cuando son en especie, o sea que en vez de girar plata, le dan al Gobierno un barril de petróleo, por ejemplo.
Esos cambios menores no fueron suficientes para los gremios. La Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) salió a decir que esos cambios no ayudan, sino que suben aún más la tarifa. “Esta propuesta es 115 por ciento más costosa para las empresas que la inicialmente radicada por el Gobierno en impuestos para hidrocarburos y 5 por ciento más gravosa que lo aprobado en primer debate”, dicen en un comunicado.
A la voz de los gremios también se unieron Fedesarrollo y el Comité de la Regla Fiscal que alertaron sobre los efectos que tendría una desaceleración del sector de hidrocarburos a través de la reforma tributaria y que no haya nuevos contratos de exploración petrolera.
Pero lo cierto es que el Gobierno Petro demostró que pese a los pedidos de los partidos tradicionales y empresarios, la bandera de la transición energética de Petro pesa más. Y aunque expresaron resistencia en público, las bancadas claves de los aliados del Gobierno, como los liberales y conservadores, se negaron a eliminar la propuesta como lo pidieron Centro Democrático y Cambio Radical. En Senado se aprobó como lo pidió el Gobierno,
2. En impuestos saludables el Gobierno cede en tiempos y ganan los grandes empresarios
En la ponencia que se votó anoche se sumaron nuevas gabelas para suavizar el impuesto a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados. Por un lado, se excluyeron algunos productos ultraprocesados como el pan, el arequipe, la miel, las obleas y unos lácteos, como lo pidieron los partidos Conservador, La U y el Liberal, que son de la coalición.
También se aplazó la entrada en vigencia del impuesto a las bebidas azucaras para julio de 2023 y de alimentos ultraprocesados hasta septiembre de 2023. Según cálculos preliminares del Minhacienda, esos cambios le costarán unos 750.000 millones de pesos al Gobierno en el recaudo de 2023.
En este pulso, además, ganaron los grandes productores de gaseosas y bebidas azucaradas, con un balance a favor de Postobón, que logró subir el umbral desde el cual se calcula cuánto se le cobra de impuesto a esos productos en función de la cantidad de azúcar.
Como contó La Silla, varias bebidas de Postobón como la Manzana, la Uva Postobón, la Naranja, se salvan del impuesto, mientras que la Coca Cola, por ejemplo, tendría la tarifa más alta porque no puede cambiar la composición de su azúcar, mientras que Postobón sí, pues es dueña de sus recetas.
La segunda ponencia también dejó mal parados a los pequeños productores de bebidas azucaradas que cobran más barato la gaseosa, como Big Cola, pues el impuesto se cobra a un volumen fijo y no como un porcentaje del precio del producto. Una propuesta que hizo para incluir este cambio de la senadora del Pacto, Clara López, fue desestimada.
Según el CEO de AJE Colombia (Big Cola), Juan Pablo Congote, “la reforma tributaria tal y como está redactada en el artículo que hace referencia a las bebidas azucaradas mantiene un impuesto específico que consolida un duopolio que afectará a miles de empleos por todo el país, tal y como sucedió en México en 2014”, dijo en una carta publicada en El Tiempo.
3. Gana la presión de los conservadores para tener mermelada en MinTransporte
En el artículo 10, que modifica la tarifa general para personas jurídicas, llegó dulce para el partido Conservador. Ese partido logró meter en la segunda ponencia un parágrafo que los beneficia directamente.
Ahí se establece que las entidades financieras deben pagar un 5 por ciento más de impuestos en una sobretasa al impuesto de renta. En el primer debate estaba tasado en 3 puntos, pero los conservadores, a través de sus ponentes, Efraín Cepeda y Wadith Manzur, lograron meter un parágrafo para subirlo a 5 por ciento y dejar 3 puntos porcentuales a una destinación específica: vías rurales.
En proyecciones esa sobretasa que se va recaudar con esos 3 puntos oscilan entre los 400 y 500.000 millones de pesos anuales. Para los conservadores fue clave que el Ministerio de Hacienda accediera a esa destinación específica porque esa plata pasará a manejo del Ministerio de Transporte y se ejecutará por el Invías, dos carteras que son los fortines burocráticos del partido Conservador.
En 2019, cuando el Gobierno de Iván Duque, introdujo en una reforma tributaria esa sobretasa también por petición de los conservadores, el entonces senador Gustavo Petro dijo que ese era el camino de los conservadores y el Gobierno Duque para repartir mermelada.