Pretendían introducir más de una tonelada de cocaína en España. La Policía Nacional ha desarticulado una banda supuestamente dedicada al narcotráfico a gran escala. Para ello, contaban con veleros con los que cruzaban el Atlántico para recoger la mercancía en Sudamérica. Doce personas han sido detenidas en Málaga, Asturias, Gran Canaria, Madrid y Valencia.
Se trataba de una organización criminal que era regentada desde un pequeño municipio asturiano, pero que contaba con ramificaciones en buena parte del territorio español. La red, presuntamente, habían montado medio centenar de empresas para blanquear el dinero de la venta de drogas.
La investigación comenzó en 2018, cuando los investigadores detectaron la presencia de un entramado criminal asentado en España que introducía grandes cantidades de cocaína desde distintos puntos de Sudamérica.
Las primeras pesquisas permitieron localizar a varias personas que compraban veleros en Gran Canarias para cruzar el océano Atlántico y adquirir la cocaína que más tarde introducían en el país. Al parecer, el líder de la banda aparecía como implicado en varias investigaciones llevadas a cabo en distintos países europeos.
El poder del cabecilla era tal que, según las indagaciones policiales, manejaba todo el entramado desde un pequeño pueblo de Asturias, sin necesidad de desplazarse ni reunirse con otras organizaciones para adquirir la droga en Sudamérica y gestionar el transporte y la distribución en Europa.
Lo que sí estaba era obsesionado con las medidas de seguridad. Al parecer, la trama invertía grandes sumas de dinero para procurar la seguridad de sus comunicaciones internas con el fin de evitar ser detectados.
Con este propósito, también hacían uso de la última tecnología y disponían de grupos integrados dedicados a labores de contravigilancia cuando se producían reuniones.
Empresas tapaderas
Según han descubierto durante la operación – en la que ha intervenido Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria con la Policía Nacional- la banda creó medio centenar de empresas tapaderas para blanquear el dinero obtenido de la droga. La red de negocios se encontraba repartida por todo el territorio español y contaba con conexiones en Panamá, Colombia y otros países de Europa, en los que hacían figurar a ‘hombres de paja’.
Estos eran, según los investigadores, testaferros cuya única misión era la de dificultar la identificación real de las personas que eran los verdaderos responsables de las transacciones comerciales destinadas al blanqueo.
Para culminar la investigación, se han practicado más de una decena de registros por toda la geografía española. Así se ha descubierto que en Valencia contaban con un laboratorio desde el que separaban la droga de las sustancias legales. De esta forma extraían el estupefaciente previamente mezclado en los países de origen para tratar de eludir los controles policiales.
Asimismo, entre las sustancias intervenidas se encuentran 1.275 kilogramos de cocaína, 1.140 gramos de marihuana, 100 gramos de hachís, anfetaminas en forma de pastillas y setas alucinógenas.
También se intervinieron tres embarcaciones, una de ellas de 27 metros de longitud valorada en 700.000 euros, nueve vehículos de alta gama, 223.000 euros en efectivo, diverso material informático, 44 teléfonos móviles, dos armas de fuego y multitud de artículos de joyería y relojes de gama alta.